El CAT ha sido, ya desde su concepción, un agente de solidaridad y reequilibrio territorial. En origen, los cánones abonados por el Consorci, han permitido sufragar obras de revestimiento y mejora en los canales, y han apuntalado el mantenimiento económico y la calidad de vida del Delta del Ebro. Al final de la tubería, el agua distribuida ha movido las alas del progreso y ha consolidado el bienestar y el crecimiento económico en toda la provincia, tanto de las Terres de l’Ebre como del Camp de Tarragona.
Tratar y transportar agua de calidad a toda la demarcación ha contribuido de forma responsable a la prosperidad y la calidad de vida de nuestro entorno. Sin embargo, la vocación de servicio público exige compromisos que van mucho más allá. Por ello, mantenemos una actitud transparente y colaboradora con la sociedad, propiciamos un diálogo constante que genere conocimiento y confianza sobre la actividad del CAT.
Una muestra del interés social que existe sobre el Consorcio son las visitas guiadas a la Estación de Tratamiento de Agua Potable de l’Ampolla, un recorrido pedagógico sobre los valores del agua que realizan cada año más de 2.000 personas, la mayoría estudiantes.