En el CAT minimizamos riesgos dotándonos de tecnología que permite controlar y mejorar la calidad del agua, pero también asegurando una gestión eficiente de la red hidráulica con visión de conjunto. Todo ello hace posible no sólo garantizar la potabilidad del agua, sino que el coste del servicio sea asumible para los consorciados y consolidar la misión del CAT a largo plazo.
Pero tan importante es la vigilancia ante episodios de riesgo, como la propia capacidad reactiva para evitar prejuicios a los consorciados y no interrumpir el abastecimiento de agua. En este sentido, si una incidencia obligara a interrumpir la captación de agua de los canales, o fuera necesario realizar intervenciones de gran alcance en uno de los ramales principales, el sistema cuenta con suficiente volumen de regulación a través de depósitos de agua de reserva para seguir cubriendo la demanda durante el intervalo horas de afetactación.
El CAT dispone actualmente de 580.000 m3 de agua en depósitos reguladores propios y tiene previsto ampliar esta capacidad. El objetivo principal es garantizar el suministro con recursos propios hasta dos días enteros en invierno y al menos 24 horas en verano, cuando la demanda de los consorciados es mayor.