Albert Leiva, artista urbano de 26 años residente en Tarragona, ha sido el encargado de llevar a cabo el proyecto de decoración de una pequeña edificación de maniobra que tiene el Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) en un promontorio de la T -11, cerca de la sede corporativa, que es visible desde varios puntos y que reiteradamente se veía afectada por pintadas vandálicas.
El CAT efectuó este encargo a Albert, creativo en el ámbito del graffiti, que ha colaborado con artistas de toda la península y del extranjero. Es autodidacta y cuenta con más de 10 años de experiencia en el graffiti y la ilustración, lo que –a pesar de no tener formación reglada en estas disciplines– le ha permitido alcanzar una posición de reconocimiento de autor en este ámbito artístico.
En la pintura de la caseta ha buscado integrar las imágenes más representativas y emblemáticas del CAT y de Tarragona, como explica Albert: «los grifos y tuberías hacen referencia a la actividad propia del Consorcio, suministrando agua potable a toda la provincia; con el acueducto hacemos referencia a la figura histórica romana del Puente del Diablo, una imagen ideal para unir el carácter histórico de Tarragona con el servicio actual de distribución que efectúa el CAT «.
Durante estos 10 años de experiencia se ha dedicado a compaginar obras propias y hacer trabajos de decoración para establecimientos, tanto en ambientes interiores como exteriores, además de diseños para imagen corporativa.
A partir de lo que ha representado este grafismo, el CAT se plantea actuar en otros lugares donde, por su ubicación, vistosidad y por el estado de cómo se encuentran ciertas instalaciones con pintadas no deseables, se pueda reconducir el aspecto que estos lugares ofrecen a la ciudadanía.